Semillas de borraja

En algunos países la borraja solo se cultiva para aprovechar sus hojas, pero en otros se lleva a cabo para obtener las semillas que poseen muchas propiedades nutritivas para nuestro organismo. Con estas semillas, se puede elaborar aceite y usarlo con fines culinarios, pero sobre todo medicinales. En este texto, aprenderás, las propiedades y usos de la semilla de borraja.

Título: Semilla de borraja: propiedades y usos

¿De dónde provienen las semillas de borraja?

Como mencionamos anteriormente, las semillas se obtienen de la planta, pero esto depende mucho de cuando se realice la cosecha. Para ello, tendrás que esperar que tu planta saque tallos gordos y la flor se desarrolle.
Una vez que los pétalos caigan solos al suelo, al poco tiempo ya se pueden ver las semillas, que son del tamaño de un grano de arroz. Por cada flor, aparecen entre 3 y 4 semillas de color verde, que luego se ponen más oscuras y se caen.
Para conservar las semillas, puedes colocar un plástico debajo de tu planta para que las mismas caigan sobre el cuándo lleguen a la maduración. Guardar en un frasco de vidrio, en un lugar fresco y seco.

Propiedades y beneficios de la semilla de borraja

En sí, todas las partes de la planta de borraja tienen propiedades, y beneficios, pero en este caso nos enfocaremos únicamente en la de las semillas. Con estas mayormente se elabora aceite que favorece a nuestro metabolismo y al sistema nervioso. De hecho, es tan bueno, que se utiliza como complemento nutricional en determinados casos.

Entre las propiedades más importantes que poseen las semillas, se encuentran los ácidos grasos insaturados, como el linoleico (omega-6), linolénico (omega-3) y es rico en grasas y vitamina E.

Beneficios de consumir aceite de borraja

Gracias a los ácidos mencionados anteriormente, provoca un efecto vasodilatador y regula además a las hormonas, permitiendo que la parte uterina se relaje. Otros beneficios:

  • Regula las hormonas, equilibra el ciclo menstrual y alivia los dolores propios del período
  • Reduce los dolores reumáticos y artríticos
  • Previene trastornos circulatorios
  • Equilibra los niveles de colesterol en sangre
  • Beneficia la salud de la piel: minimiza la pérdida de colágeno y retrasa el envejecimiento celular.

Cabe aclarar que no se debe consumir el aceite cuando sufres de problemas digestivos y durante el embarazo.

Texto: Romina Benito