Raíz de la cebolla
La raíz de la cebolla está formada por varias raicillas de color blanquecino y pueden alcanzar una profundidad de hasta 25 cm de profundidad y 15 cm de ancho y tienen un olor a sulfuro de alilo. Mientras la planta está en crecimiento encontraremos raíces nuevas y viejas.
Datos curiosos
El sulfuro de alilo es un compuesto que también está presente en el ajo y que nos ayuda a proteger nuestro cerebro de los efectos del envejecimiento.
Tallo de la cebolla
El tallo de la cebolla es color verde, mide de 30 a 150 cm de altura, es hueco y es el que sostendrá a las futuras flores.
Hoja de la cebolla
Las hojas de la cebolla son de color verde fuerte, delicadas, alargadas, cilíndricas, huecas y puntiagudas que nacen a través de un orificio que se encuentra en el tallo. Las hojas cubren los tallos más jóvenes por los viejos en forma envolvente.
Flor de la cebolla
El nacimiento de la flor de cebolla se debe a factores ambientales, nacen agrupadas del mismo tallo (inflorescencia), pueden tener de 50 a 2000 flores pequeñas de color blanco o púrpura dependiendo la variedad de la cebolla. Estás florecitas nos darán las pequeñas semillas de la cebolla.
Bulbo de la cebolla
El bulbo de la cebolla se compone por células que están unidas entre sí por una sustancia que se conoce como ‘peptina’ y es la que se encarga de darle una estructura firme y protección al bulbo. El bulbo está formado por hojas que se encuentran de afuera hacia adentro, en el centro se forman las hojas nuevas. Cuando se termina de desarrollar el bulbo, las raíces dejarán de crecer y las hojas se doblan y caen, entrando a un estado de reposo al que le llaman ‘entrega’.