Reproducción de árboles frutales
Básicamente, si es posible cultivar un cerezo a partir de la semilla de cereza. Lo que no se sabe es si este árbol dará el mismo fruto, cómo reaccionará al ataque de los hongos y si crecerá rápido.
Para evitar este riesgo, puedes reproducir tu cerezo mediante injertos. Este tipo de reproducción se realiza practicando una incisión en el patrón e insertando en él una o dos púas, o ramas, de la variedad con las características quieras conservar.
Germinar los huesos de las cerezas
Para germinar los huesos de las cerezas, hay que exponerlos a un proceso en frío, como sucede en la naturaleza. Para esto, entierra varios huesos de cereza en el jardín a finales de otoño y déjalos hibernar en el suelo. Otra opción es guardar los huesos de cereza en recipientes con grava o arena húmeda en un lugar fresco como el refrigerador, pero sin heladas. En ambos casos, la cáscara se suaviza al final del invierno para que las semillas puedan germinar. Separa los brotes cuando salgan y plántalos en un semillero.
Si este método te parece demasiado tedioso, puedes intentar quitarle la cáscara a los huesos de cereza con mucho cuidado para que su interior quede intacto. Coloca las semillas sin cáscara en un poco de agua durante unos días para que pre-germinen (preferiblemente en el refrigerador) y las plantitas que crezcan se pueden transplantar el aire libre en primavera. Ahora bien, no hay garantía de que las semillas de las cerezas germinen realmente, por lo que hay que intentarlo con varios huesos a la vez.
Datos curiosos
El sexo siempre es un riesgo, incluso con las plantas. Un árbol que sale del hueso de la cereza es hijo de dos padres; ambos lo dotan de sus genes. Debido a la división de los cromosomas y a la nueva combinación -similar a la de nuestros hijos-, nunca se sabe cuál será el resultado.