El injerto de cerezos: una tarea exigente

Los cerezos, al igual que otros árboles frutales, se reproducen mediante injertos. En este proceso, dos partes de la planta -un patrón y una púa o rama- se combinan en una sola. De este modo, ambos crecen como una sola planta.

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Injertar un cerezo no es fácil

Patrón del injerto

El porta-injerto, también conocido como patrón o pie, es la parte que le da las raíces el cerezo. Dependiendo cuál sea el patrón se va a definir cómo va a crecer el cerezo, cómo florecerá y de que calidad serán sus frutos.

Para el injerto se utilizan patrones o semilleros de reproducción vegetativa. Existen patrones de crecimiento lento, medio y fuerte. Para las cerezas ácidas se utilizan como base el cerezo negro, el cerezo silvestre o el cerezo oriental. Para la cereza dulce se utilizan patrones de crecimiento retardado.

Cortar las púas

Las ramas que se usan para reproducir los cerezos se cortan cuando tienen un año de edad y están pensados para ser reproducidos cuando pase el invierno.
Las púas deben tener unos 30-40 cm de longitud, ser del grosor de un lápiz y proceder de árboles sanos y fértiles. Se guardan en arena húmeda en un lugar fresco durante el invierno.

Los injertos determinan principalmente las siguientes características del futuro cerezo:

El proceso para colocar los injertos

Cuando realizamos un injerto nos referimos a la acción de pegar la pua al patrón. El mejor momento para hacerlo es a inicios de primavera, cuando los cerezos empiezan a brotar. Antes de la brotación, el patrón se recorta hasta que sólo queda una rama. Esto sirve para suministrarle nutrientes y agua. Fija la púa en el patrón introduciéndola detrás de la corteza asegúrandote de que quede firme.

Existen injertos de corteza e injertos lateral de tocón de rama. En el caso del injerto de corteza sólo se incide en la corteza del tronco, de la otra forma se corta una muesca en la madera detrás de la corteza. Además, un injerto puede conectarse a un patrón del mismo grosor mediante la unión de extremos de las piezas cortadas en ángulo. Se colocan uno encima del otro y se conectan. El punto de injerto se cubre siempre con rafia y se recubre con cera de árbol.

Otra técnica de injerto es la de la aproximación. Recorta un brote, llamado ojo, de un cerezo e insértalo en el otro, donde se ha realizado previamente un corte en T en la corteza. Este método se utiliza en verano, normalmente a principios, cuando los ojos de la especie de cerezo se han desarrollado lo suficiente y la corteza de la base aún puede retirarse fácilmente.

Texto: Renata Roqueñi