La parra virgen y su poder como enredadera

La parra virgen (Parthenocissus quinquefolia), también llamada viña virgen o enredadera de Virginia, es una enredadera muy popular, pero también bastante problemática. Debido a su rápido y exuberante crecimiento, sobrepasa rápidamente áreas más grandes, lo que tiene tanto ventajas como desventajas. No todas las vides silvestres son iguales, ya que existen diferentes especies con características de trepadoras muy distintas.

Parra virgen trepadora
Algunos tipos de parra virgen desarrollan zarcillos adhesivos que son muy difíciles de quitar

¿Enredadera o planta trepadora?

La conocida parra de tres puntas (Parthenocissus tricuspidata), por ejemplo, es una trepadora autónoma que, en muchos casos, no necesita ningún soporte adicional para trepar. En su lugar, forma los llamados discos adhesivos en el extremo de sus zarcillos -que son ejes de brotes en forma de hilo- con la ayuda de los cuales puede trepar por superficies lisas como fachadas y paredes de forma independiente y sin ayuda.

La parra virgen (Parthenocissus quinquefolia), especialmente la variedad “Engelmannii”, también tiene muy buenas propiedades para trepar. Por el contrario, la parra virgen Parthenocissus vitacea desarrolla zarcillos, pero no tiene pies adhesivos que le permitan trepar por sí misma.

Medios de escalada adecuados

Por esta razón, la parra virgen Parthenocissus vitacea debe contar siempre con una guía adecuada a lo largo de la cual puedan crecer los zarcillos de la planta. Los zarcillos son sensibles al tacto y reaccionan a esos estímulos enrollándose y doblándose. Una red estable de alambre o cuerda es muy adecuada, por lo que las especies autotrepadoras también se benefician de esta construcción. Por un lado, actúan como protección contra las caídas, pero por otro lado también reducen los daños en las superficies, como las fachadas y las paredes.

Problemas para retirar las puntas adhesivas

Las puntas adhesivas de la enredadera de Virginia son extremadamente herméticas y sólo pueden eliminarse con gran dificultad y, a menudo, sólo con el uso de agentes químicos. Incluso si una parra virgen más vieja y bien establecida cae como consecuencia de una tormenta o alguna otra causa, sólo los zarcillos se desprenden de los discos adhesivos, que a su vez quedan pegados a la superficie.

Por ello, la parra virgen -que además tiene tendencia a crecer donde no debe, a pesar de todos los esfuerzos- puede causar daños considerables en la mampostería y las fachadas y, a través de las raíces, también en los cimientos. Por lo tanto, piénsalo muy bien antes de plantar una parra virgen.

Datos curiosos

En lugar de la parra virgen, se pueden utilizar otras enredaderas o plantas trepadoras, como la clemátide, la flor de la pasión, la flor de la trompeta, la vid, la hortensia trepadora o la hiedra.

Texto: Sara