Hojas de berro

En la actualidad el berro está de moda y cada vez se consume más en diferentes recetas de cocina. Además, es muy sencillo encontrarlo en las góndolas, en paquetes, ya cortados y listos para consumir. En este texto, detallaremos las características generales de las hojas de berro y sus propiedades y beneficios de agregarlas en la dieta.

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Las hojas de berro se pueden cosechar tiernas

Características generales de las hojas de berro

La planta de berro está compuesta de diferentes partes y una de ellas son las hojas, las mismas son alargadas y de color verde intenso. Están partidas en segmentos irregulares con el terminal más grande.

Las hojas se pueden encontrar sencillamente en espacios donde hay agua limpia, como por ejemplo en canales, arroyos y estanques. Además de estos lugares, también se pueden encontrar en las alturas de las montañas.

En cuanto a lo culinario, podemos decir que las hojas de berro poseen un sabor fuerte, pero son agradables al paladar. Es picante y su aroma es similar al de la mostaza. Como mencionamos anteriormente, las hojas se pueden encontrar en paquetes en el mercado, pero debes tener en cuenta que no estén amarillas, su color debe ser verde brillante.

¿Un consejo?, consumirlas antes de los dos días de haberlas comprado, ya que no aguantan muchos días en la heladera, de hecho, se aconseja conservarlos en un recipiente con agua como se suele hacer con el perejil.

Composición y propiedades de las hojas de berro

Las hojas de berro están compuestas en un 94% de agua y el resto (6%) contiene altas dosis de nutrientes, entre los más destacados: vitaminas, minerales (potasio, zinc, hierro, magnesio), proteína vegetal y fibra, por ello son beneficiosas para el organismo. Cabe aclarar que estas hojas no contienen colesterol y la cantidad de grasa es muy baja.

Además, las hojas de berro se utilizan como medicina natural y curativa y esto se debe a que contienen principios activos:

  • Contiene aminoácidos: aspártico, alanina, fenilanina, arginina, ácido glutámico, glicina, histidina, leucina, isoleucina, metionina y tirosina, entre otros.
  • Vitaminas: A, C, B2, B1, B3, B6, B9 (ácido fólico) y E.
  • Minerales: potasio, sodio, calcio, hierro, fósforo, manganeso, iodo y cinc.
  • Glucosinolatos: gluconasturtósido y la gluconasturina.
  • Aceite esencial: derivado de la citada glucona turina.
  • Flavonoides, carotenoides
  • Ácidos grasos, oleico, linoleico, palmítico, en muy pequeñas proporciones.
Texto: Romina Benito