¿Qué cerezos son adecuados para cultivar en el jardín?
Para el cultivo en el jardín – dependiendo del tamaño del jardín – son adecuados los cerezos de tronco alto, tronco medio o en forma de arbusto. También los puedes cultivar en terrazas o balcones en macetas suficientemente grandes. Hay muchas diferentes variedades de cerezo. No hay que guiarse sólo por el sabor de la fruta, sino sobre todo por las condiciones locales y climáticas.
¿En qué lugar crecen mejor los cerezos?
Los cerezos no son muy exigentes en cuanto a su ubicación. Siempre que la zona del jardín sea lo suficientemente soleada y el suelo no sea demasiado duro ni demasiado húmedo, los cerezos plantados correctamente viven sin problemas. Ya que los cerezos florecen muy rápido, es difícil cultivar cerezas dulces en lugares muy fríos.
¿Cuándo y cómo se plantan los cerezos?
La mejor época para plantar cerezas dulces y ácidas es el otoño. Los cerezos pequeños comenzarán a formar raíces en el transcurso del invierno, siempre y cuando no haya heladas. Por lo tanto, cuando empiecen a retoñar ya estarán con las raíces parcialmente arraigadas y podrán empezar a absorber agua y nutrientes de forma normal. La plantación se realiza hasta mediados de otoño.
¿Cómo se reproducen los cerezos?
La reproducción se hace por medio de injerto. De este modo, la rama se convierte en un nuevo cerezo. Es posible, cultivar un cerezo a partir de un hueso de cereza. Sin embargo, no se sabe qué fruto dará o si dará algún fruto. Por lo tanto, para evitar el riesgo es mejor hacerlo mediante injertos.
¿Muchas flores significan muchos frutos?
El cerezo comienza a florecer a mediados de primavera y la ácida a finales de primavera. En general, las numerosas floraciones prometen un buen rendimiento. Sin embargo, primero la flor debe ser fecundada para que se convierta en una cereza. La mayoría de los cerezos de frutos ácidos son autofértiles, las cerezas dulces suelen necesitar un cerezo polinizador cerca que florezca al mismo tiempo.
Datos curiosos
Es importante podar tu cerezo regularmente. Esto no sólo mantiene la forma, sino que también favorece la floración y el cultivo de los frutos.
