¿Cuáles son los cuidados que necesita el bambú de la suerte?

El bambú de la suerte se encuentra dentro de las plantas de interiores que no requieren de muchos cuidados, pero sí algunos. Por ello, a lo largo de este texto los explicaremos en detalles para que tu bambú de la suerte se desarrolle saludablemente. Entre los más importantes se encuentran, el riego, la luz y la poda.

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El agua de este bambú se necesita cambiar cada 2 semanas

Bambú de la suerte: ¿cómo cuidarlo?

Si quieres que tu bambú de la suerte crezca fuerte y sano, es recomendable que lleves a cabo los cuidados que esta planta necesita. A continuación, el detalle de ellos.

Riego

Es valioso saber que el bambú de la suerte es una planta acuática, por lo cual necesita que sus raíces estén completamente sumergidas. El agua se debe cambiar cada dos semanas.

También esta planta puede estar en la tierra , en ese caso hay que tener mucho cuidado de no producir charcos al regarla, ya que las raíces se pudrirán. Lo ideal es hacerlo cuando la tierra se vea seca.

Luz

La luz es uno de los aspectos más cruciales a tener en cuenta a la hora de tener un bambú de la suerte en nuestro hogar. Esto se debe a que es una planta que soporta la luz directa del sol porque sus hojas comienzan a ponerse amarillas y puede hasta morir.

Se recomienda colocar el bambú de la suerte cerca de una ventana donde ingrese la luz solar, pero no de forma directa.

Poda

En el caso de que el bambú haya crecido mucho, la poda es una opción para limitar su crecimiento. Aún más si el bambú tiene forma circular. ¿Cómo hacerlo? Corta con una tijera de podar o cuchillo afilado a no más de 3 cm del tallo principal, de este modo, volverán a brotar. En cambio, si el corte se realiza al ras del tallo no vuelve a crecer.

Además, los brotes que sacas los puedes utilizar para reproducir un bambú de la suerte. Esto se llama reproducción por medio de esquejes. Para lograrlo, solo los deberás poner en agua y esperar que las raíces comiencen a salir. Luego, si quieres, lo puedes trasplantar a un recipiente con tierra.

Texto: Romina Benito