- Frecuencia de riego: cada 2 días en verano y cada 4-5 días en invierno.
- Frecuencia de fertilizante: anual
- Tipos de fertilizantes: humus
- Cuando podar: cuando sea necesario retirar hojas y ramas secas
La planta de árnica se encuentra en praderas y zonas de montaña, entre los 700 y 2500 metros de altura. Es una planta herbácea perenne que mide entre 20 y 60 cm de altura, muy cultivada debido su belleza y las propiedades medicinales de sus flores y hojas.
Cómo cuidar la árnica o tabaco de montaña
Cuidar la planta de árnica es muy sencillo, solo es importante que tengas en cuenta algunas recomendaciones en cuanto a luz, riego, clima y sustrato.
El mejor clima y riego para la árnica
La árnica vive en zonas de clima templado y húmedo, y tolera bastante el frío, pudiendo soportar hasta los -5° C. Es una planta que sufre por exceso de nitrógeno, por eso no sobrevive en zonas con contaminación ambiental.
La árnica, si bien no necesita un riego abundante, no tolera la sequía, por eso es importante que le proporciones riegos regulares cada 2 días en verano y cada 4-5 días en invierno.
Datos curiosos
La árnica solía usarse en tiempos antiguos para fumar o masticar, por eso también se la conoce como “tabaco de montaña”.
Iluminación y ventilación
Procura que tu planta de árnica esté ubicada a pleno sol, o cerca de una ventana donde reciba buena luz solar y ventilación.
Sustrato y abono
Para cultivar árnica en una maceta o en el jardín, es bueno que prepares una sustrato con igual proporción de tierra fértil, arena y turba, ya que prefiere los suelos algo ácidos con buen drenaje. Si siembras en maceta, una vez al año puedes agregarle humus o compost al sustrato para que la planta tenga los nutrientes que necesita.
En cuanto a la acidez, puede mejorar si le agregas un chorro de vinagre o de limón al agua de riego.
¿Necesita poda la árnica?
Para mejorar el crecimiento de la planta, debes quitarle las hojas y ramas secas, viejas o enfermas (hojas amarillas o marrones). Esta es una tarea regular con la que lograrás que la planta siga creciendo y no desperdicie su energía en mantener las hojas o ramas dañadas.
