El cultivo de la árnica en casa

La árnica es una planta herbácea perenne que tiene una bellísima flor similar al girasol o la margarita, cuyas propiedades medicinales la hacen muy valiosa. Aquí encontrarás consejos para cultivarla en tu hogar y brindarle los cuidados que necesita.

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La árnica crece rápido y requiere pocos cuidados
  • Nombre científico: Árnica Montana L
  • Familia: asteráceas
  • Origen: Europa central y meridional
  • Clima: Húmedo y templado
  • Dificultad de cultivo: Fácil
  • Buenos vecinos: Leguminosas
  • Malos vecinos: Malezas

La árnica es una planta herbácea perenne que suele crecer en zonas montañosas o praderas entre los 700 y 1500 metros de altura. Su flor es similar a la margarita y, como ella, está compuesta de 2 tipos de flores, las centrales muy pequeñas y las exteriores con forma de pétalos. Tanto las flores de árnica como sus hojas tienen propiedades medicinales.

Cuándo y dónde cultivar árnica

Lo mejor es cultivar árnica en primavera o verano, para asegurarte de protegerla del frío cuando es pequeña. Más adelante, cuando esté establecida, podrá tolerar mejor el frío. El clima ideal para la árnica es templado y húmedo y, aunque prefiere el exterior, también puedes cultivarla dentro del hogar.

Cómo cultivar árnica en casa

La árnica se cultiva desde semilla, que puedes comprar en tiendas especializadas si no tienes plantas cerca para cosecharlas tú mismo. Es muy sencillo germinarlas, siguiendo estos pasos:

  1. Prepara una maceta pequeña con orificios que aseguren un buen drenaje.
  2. Prepara un sustrato mezclando tierra con un poco de arena, turba y humus.
  3. Coloca las semillas a 1 cm de profundidad, algo separadas.
  4. Cubre las semillas con una capa fina de tierra.
  5. Riega todos los días para que siempre tengan buena humedad.

A partir de los 10 días notarás que tu semilla de árnica habrá germinado. Puedes trasplantarla a una maceta más grande o al jardín cuando la planta mida entre 10 y 15 cm.

¿Cómo cuidar tu planta de árnica?

Para cuidar tu árnica, recuerda regarla de manera regular, cada 2 días en verano y cada 4-5 días en invierno. Ubícala en un lugar con ventilación y buena iluminación solar, en el huerto o en el interior.
Para favorecer su crecimiento, es bueno que le retires las hojas, ramas y flores secas. Como prefiere los suelos ácidos, puedes elegir abonos que aumenten la acidez del sustrato o regar con agua con un poco de vinagre o limón.

Texto: Lorena Morales