Problemas en la dracaena
En comparación con otras plantas de interior, el drago, como especie de bonsái con forma de palmera, es bastante fácil de cuidar. Sin embargo, esto sólo es cierto si se cumplen también los requisitos especiales de ubicación que requiere esta planta. Los problemas pueden ocurrir en:
- Lugares con aire de calefacción seco
- Condiciones de luz incorrectas
- Quemadura solar “vegetal”
- Malos hábitos de riego para la dracaena
- Suministro insuficiente de nutrientes
Las primeras señales de problemas pueden ser síntomas como hojas caídas o con manchas o puntas marrones.
- Si muchas de las hojas de la dracaena se vuelven marrones o amarillas en muy poco tiempo, es importante actuar rápidamente. Lo mismo ocurre si el sustrato de plantación de la maceta tiene un olor desagradable, ya que esto es síntoma de pudrición de las raíces y puede fácilmente acbar con la planta.
El agua y la luz como peligros potenciales
Dado que las dracaenas rara vez se ven afectadas por enfermedades, los errores de cuidado suelen ser los culpables de la muerte de los ejemplares. A menudo, los dragos se plantan en lugares con demasiada luz solar y se riegan en exceso. La humedad permanente en las raíces es uno de los mayores peligros para una dracaena.
Trasplantar o podar dracaenas con exceso de agua
Como medida contra la putrefacción de las raíces debido a un exceso de agua, será necesario replantar tu drago en un sustrato seco. Si las raíces de una planta ya están podridas y sin remedio, a veces se puede salvar la parte superior de la dracaena podándola como esqueje. Este corte radical se efectúa en el tronco (encima de la parte podrida) y se coloca en agua o turba para estimular la formación de nuevas raíces y brotes.
Datos curiosos
Una dracaena enferma puede salvarse con una poda, sobre todo si va acompañada de un cambio de ubicación y una fertilización adecuada. Recuerda regar moderadamente y colocarla en un espacio iluminado sin sol directo.