Cómo plantar melón en maceta y sus cuidados

El melón es una planta rastrera, que aporta vitamina A, C y B y es ideal para dietas adelgazantes. Siendo así, ¿quién no querría tener su propio cultivo de melón en el huerto? Para plantar melón en maceta, sigue nuestros consejos.

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El melón crece bien en maceta si esa es lo suficientemente grande

Con las semillas germinadas

Cuando ya tenemos las semillas germinadas con anticipación, la plántula será mucho más sencilla de sembrar. Para esto, sigue los siguientes pasos:

  • En una maceta con al menos 30 centímetros de profundidad, añade una fina capa de arcilla en el fondo, después, otra capa de estiércol (de unos 5 centímetros de alto).
  • Termina de rellenar la maceta con sustrato rico en nutrientes.
  • Abre surcos de 2 centímetros de profundidad e introduce las plántulas con cuidado. Cada surco debe tener una separación de, al menos, 5 centímetros y una sola plántula por surco.
  • Cubre los bordes de las plántulas con más sustrato.
  • Realiza el primer riego.

Recuerda sembrar las plántulas de melón en maceta cuando ya haya iniciado la primavera, asegurándose de que no haya heladas y el sustrato tenga una temperatura de 16 – 25 °C.

Sin germinar semillas

Para sembrar las semillas sin germinar, el procedimiento es el mismo, con las siguientes diferencias:

  • Al momento de sembrar las semillas en los surcos, asegúrate de que estén en posición horizontal, no hay que sembrar la punta.
  • Las semillas deben cubrirse completamente con el sustrato después de sembrar.
  • Puedes sembrar entre 4 y 6 semillas por surco.

Datos curiosos

Las semillas deben sembrarse una semana antes de que termine el invierno.

Cuidados de la planta de melón

Al cultivar melón, podrás empezar a ver los frutos a partir de los 5 meses, aunque, si has sembrado las plántulas, este tiempo puede ser más corto.

Con respecto al riego, lo ideal es implementar un sistema de riego por goteo. La planta necesita sol directo para crecer y que la tierra siempre esté húmeda, pero sin crear charcos.

Su temperatura óptima de crecimiento es entre los 20 y los 30 °C. Una temperatura fuera de este rango afectará al crecimiento de la planta. Cuando el cultivo empiece a tener un color más tenue y textura agrietada, será tiempo de hacer la cosecha.

Texto: Yulianna Ortiz