Enfermedades del limón persa y cómo curarlas naturalmente

El limón Persa, como el resto de los cítricos, puede desarrollar enfermedades si no se tienen los cuidados necesarios. La temperatura, la exposición al sol, la humedad y la tierra son algunas de las cosas que debes tener en cuenta para mantener sano a tu limonero.

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Cuida tu limón persa y no dejes que se encharque
  • Enfermedades más comunes: gomosis, melanosis, antracnosis.

Enfermedades más comunes y cómo tratarlas:

Enfermedad Síntomas Remedios Prevención
Gomosis Pudrición de la corteza hasta las raíces. Gotas color ámbar. Remover la parte dañada y aplicar fuego para matar los hongos. Uso de patrones resistentes, control de la humedad.
Melanosis Protuberancias en hojas, ramas y frutos. Pudrición del fruto. Podar los frutos y hojas afectados. Eliminar residuos de poda y controlar la humedad.
Antracnosis Afecta a los brotes nuevos. Genera lesiones necróticas. Fertilizar de forma adecuada la tierra. Controlar humedad y podar partes enfermas.

Gomosis

Esta enfermedad afecta más a los árboles jóvenes. El primer síntoma son unas gotas de color rojo en la corteza del árbol. Esta enfermedad va pudriendo la corteza hasta las raíces. Las hojas se vuelven más pálidas y empiezan a caerse, y el árbol puede morir. Los frutos se pierden al pudrirse y el hongo llega a la semilla. Estos frutos pueden contagiar a otros, por lo que hay que mantenerlos lejos.

Cómo controlar y curar la gomosis del limón Persa de forma natural

Para evitar la gomosis de árboles pequeños, se recomienda usar patrones de injerto resistentes y no plantarlos tan profundo, dejando parte de sus raíces fuera de la tierra. El control del riego y la observación de la planta ayudan a la prevención. Es importante cuidar de no causar heridas que puedan infectarse. También se recomienda limpiar las hierbas que rodean al árbol dejando el espacio lo más limpio posible. Eliminar los árboles afectados para que no contagien a otros.

Datos curiosos

La mayoría de las enfermedades del limón Persa se generan por el exceso de humedad y por no mantener la limpieza de la zona donde se encuentra el árbol.

Texto: Romina Caro